La alimentación saludable es algo más que la comida en el plato, sino que también se trata de la forma de pensar acerca de los alimentos. Los hábitos alimenticios saludables se pueden aprender y es importante ir más despacio y pensar en la comida como alimento y no sólo algo para tragar entre reuniones o en el camino a recoger a los niños.

Coma con otras personas siempre que sea posible. Comer con otras personas tiene numerosos beneficios -particularmente sociales y emocionales de los niños-y permite crear un modelo de hábitos alimenticios saludables. Comer frente al televisor o la computadora a menudo lleva a comer en exceso sin sentido.
Tómese el tiempo para masticar la comida y disfrutar de las comidas. Mastique los alimentos lentamente, saboreando cada bocado. Tenemos la tendencia a precipitarse cuando nuestras comidas, olvidando al gusto realmente los sabores y sentir las texturas de los alimentos. Vuelva a conectar con la alegría de comer.
Escuche a su cuerpo. Pregúntese si realmente tienes hambre, o tomar un vaso de agua para ver si tienes sed en vez de hambre. Durante una comida, dejar de comer antes de sentirse lleno. En realidad se tarda unos pocos minutos para que su cerebro para decirle a su cuerpo que ha comido lo suficiente, por lo que comer lentamente.
Comer el desayuno, y comer comidas pequeñas durante el día. Un desayuno saludable puede poner en marcha su metabolismo, y comer comidas pequeñas y saludables durante todo el día (en lugar de las tres comidas grandes estándar) mantiene su energía y su metabolismo.
Evite comer en la noche. Trate de comer la cena temprano en el día y luego rápido de 14 a 16 horas hasta el desayuno a la mañana siguiente. Estudios preliminares indican que este simple ajuste dietético-comer sólo cuando estás más activo y dando a su sistema digestivo de un largo descanso cada día puede ayudar a regular el peso. Después de la cena aperitivos tienden a ser altos en grasa y calorías, así que es mejor evitar, de todos modos.

0 comentarios